
Se trata de una bulería de 5 minutos y 24 segundos de duración cuya primera escucha puede aventurar en el aficionado una gran dificultad de ejecución. Sin embargo, no es así. Su estructura basada en el toque por medio, es decir, con La Mayor y Si Bemol como acordes de base rítmica, demuestra que Paco sigue fiel a las enseñanzas de Ricardo y Sabicas. El tema comienza -cejilla al dos, por lo que musicalmente "Almoraima" se ejecuta en Si mayor/Do mayor- con un compás entero a guitarra sorda que el de Algeciras divide en tres partes siguiendo el modelo jerezano. Y a partir de aquí desgrana una primera falseta que ya había adelantado acompañando a Camarón en la bulería "Con roca de pedernal". Se trata de una frase en las graves que sigue el mismo esquema que ha marcado con el toque sordo.
Es una alzapúa normal y corriente en La Mayor que se engorda con la pulsación del bordón al quinto traste. La sensación de relleno que ofrece esta ejecución en las graves es sorprendente si se tiene en cuenta que en lo tonal la única variación se produce con una repetición de esta misma técnica en Sol menor. Es quizás lo más llamativo de todo el tema. Y sorprendentemente, de una sencillez asustadiza.
Rápidamente compensa Paco el inicio en las cuerdas negras con otra frase de gran nivel en las agudas. Mezcla aquí el picado con el arpegio de tres notas hacia abajo para seguir ofreciendo un toque vertiginoso para las manos pero no para los oídos, porque el ritmo que impone al compás es bastante lento. Con esta medida se puede permitir enlazar más notas de las normales. La tonalidad de esta frase pasa de La mayor a Do mayor y de aquí a Si bemol para cerrar el círculo de nuevo en La mayor. El remate lo ejecuta sobre la prima con un arrastre por el quinto, tercero y primer traste con pulsación final de la prima al aire. Como se puede comprobar, armónicamente, el tocaor no ha trastocado ni una sola de las premisas de sus maestros. Hasta ahora, todo lo nuevo lo guarda en su diestra.
A partir de aquí el maestro emplea el mismo esquema, una frase tras la otra sin parar, pero la llegada de otra alzapúa -poco frecuente en aquel momento- devuelve el compás sordo a la pieza. Todas las falsetas siguen la escuela de mesura que adquirió de Ricardo alternando una en las graves con otra en las agudas.
Los últimos 20 segundos constituyen un desenlace perfecto para la trama propuesta por el guitarrista: tradición tonal y revolución técnica -Sabicas y Smash. Son la explicación del título del tema, porque Paco nunca pone un nombre gratuito a sus piezas. Repite un picado en el décimo traste de la segunda cuerda -tono de La- al que le añade vibratos continuos en clara referencia a la música árabe, presente a través de un instrumento llamado "ud". La propuesta se va apagando según la teoría renacentista: las obras maestras nunca tienen un final, la última palabra la pone el receptor que, en este caso, también forma parte del mensaje. Sin embargo, no hay que olvidar una cosa: este mismo concepto en el toque por bulerías lo había desarrollado un año antes que él el Niño Miguel en una pieza que el onubense tituló "Vinos y caballos" para un disco que también grabó con Polygram.
Extraído de la web www.flamenco-world.com y escrito por Alberto García Reyes
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